Hueles, miras, sientes
me gusta esa esencia tuya,
me gusta que me mires y sonrías
En el elevador, entre tus cabellos
la luz caleidoscópica corrompe mi ego;
los números descienden, pero mi amor crece.
Debajo del árbol,
nesnuda,
o encima de mí.
Siempre hueles igual
te puedes ver diferente
te puedes sentir distinto,
pero tu olor es el mismo
ese hedor de amor y lujuria
que me hizo hablarte
en el octavo piso del elevador.